martes, 23 de marzo de 2021

La soledad lo dejó sin aliento

     


      Bajó del colectivo una parada después. Cuando intentó retomar el camino habitual, no lo consiguió. No reconocía ninguna calle, ninguna esquina. Nada. Empezó a preguntar a los transeúntes que pasaban y nadie sabía responderle.

     Por un momento pensó que no entendía el idioma  que hablaban todos aquellos a quienes interrogaba. Pero se equivocaba. No estaba donde debía estar.

    Si solo se había pasado una parada...

    Finalmente decidió continuar avanzando en línea recta. Después de caminar algunas cuadras, empezó a notar que los edificios iban desapareciendo. Los árboles también empezaban a ralear.

    Poco a poco se esfumaban los ruidos y el tráfico.

    De golpe, se encontró en medio de un páramo desolado. Un pájaro cruzó el cielo y la soledad lo dejó sin aliento como si hubiera corrido toda su vida.

                                                                                               María Graciela Kebani


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