miércoles, 16 de abril de 2025

Hacia el ocaso

 





 Ahora empieza a llover y la lluvia cae con la cadencia de una letanía, sobre los tejados, sobre los campos de girasoles, sobre el verdor de los valles.

  Y la lluvia cae , sosegada, sobre la fuente, cae y fluye con el río.

  La lluvia cae, diáfana, para deshojarse en las flores y humedece hasta el perfume de la  mañana y hasta la brisa humedece.

   Y la lluvia ahora cuelga y se descuelga, esmerilada, de las ramas de los árboles.

   Y resbala, transparente, por los cristales de las ventanas. Y yo aquí, contemplando cómo se desliza la lluvia desde mis ojos hasta mis manos. 

   Y siento que voy resbalando, lentamente, hacia el olvido, hacia el silencio, hacia el ocaso. 


                                                                                   María Graciela Kebani




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