-Buenas tardes.
-Buenas.
-¿Es usted Florencia Flores?
-Así es.
-Le traigo un paquete.
-¡Ah, sí! Es un revólver.
-¡Un revólver!
-No se asuste. No voy a matar a nadie.
-¡Ah! Me tranquiliza.
-Pienso suicidarme.
-¿Suicidarse?
-Sí, sí. Todo bajo control. Acabaré con la incertidumbre sobre mi destino. Ya tengo fecha para mi muerte.
-Pero, Usted todavía es joven.
-Sí, para algunas cosas, sí.
-¿No espera nada más de la vida?
-No. Ahora es el tiempo de buscar la muerte.
-Aquí tiene. Que le sea leve.
Con sumo cuidado abrió la caja. Estaba vacía.
María Graciela Kebani
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