Corrí desaforadamente por las playas desiertas. Busqué castillos en la arena. Busqué en el mar sirenas y otras maravillas, algún barco que me llevara lejos.
Por momentos el viento me zarandeaba como una bandera.
Mientras, un sol de fuego se hundía, allá, en un horizonte enrojecido.
María Graciela Kebani
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