VAIVÉN
La plaza se llenó de pájaros. El viento
desbordó de trinos. El cielo amaneció preñado de campanas y un hombre, de cara
al sol, cerrado los ojos, apretaba en sus manos un manojo de sombras y de
inviernos.
En
las hamacas se mecía la vida.
María Graciela Kebani
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