viernes, 8 de octubre de 2021

Las botas de siete leguas

 



           Y allí, entre los árboles descubrí maravillada las botas de siete leguas, un par de botas deslumbrantes.

        Cuando giré, apareció ante mi vista un ogro colosal que me observaba con una ferocidad inusitada. 

        Entonces, en el borde de la desesperación me calcé las botas de sietes leguas. Sin embargo, cuando intenté correr, mis piernas no se movían. La magia evidentemente no funcionaba. 

        Invoqué a las hadas, a los genios, a los duendes y elfos, y a cuanto ser fabuloso aparece y desaparece en los cuentos maravillosos. No hubo caso. Ninguno surgió de un botellón ni siquiera de una botella, ni de ninguna flor, ni de algún tronco rugoso. Ni un ángel de la guarda que extendiera sus alas para protegerme.

          El atroz ogro me devoraría sin preguntarme nada.  


                                                                          María Graciela Kebani

No hay comentarios:

Publicar un comentario