lunes, 4 de octubre de 2021

Inacabable

 



Sorpresivamente cayó la noche por las escaleras del cielo. A los tumbos. Detrás rodó la luna, desmesuradamente llena. El silencio permanecía colgado del vacío. Vacilante. El viento replegó sus alas como un pájaro dormido.

Las agujas del tiempo se clavaron a las doce. No hubo más luz que la blanca llamarada de  la luna.

Solo la noche despeñándose, inacabable.


                                                                     María Graciela Kebani

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