sábado, 12 de octubre de 2024

Frente a frente

 






   Giré la cabeza y me sorprendí al descubrir, frente a frente, a mi doble. Igualito. Más igualito, imposible. Sin embargo, había algo en esos ojos que me provocaban un horror indescriptible. Más lo miraba, más repulsión me causaba. No era yo, obviamente. No podía ser yo. Podía ser mi imagen duplicada, pero no era yo. No, de ninguna manera. Ni siquiera mi reflejo. Entonces...

   Ahora estoy aquí, mientras la sangre fluye como un río enrojecido.

                                                                                       María Graciela Kebani


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