miércoles, 26 de enero de 2022

ESPINAS

 



Hambre.

Punzante.

Cielo de espinas.

Esquirlas.

Heridas abiertas.

Heridas que sangran.

Sangre que mana

incontenible.

Sangre que corre

entre los gritos

de los niños.

La noche.

Los muertos.

Cruces sin nombre.

Hambre.

Horada el cerebro.

Aturde.

El hambre estalla

y se expande

como reguero de pólvora

y el sol siembra

los campos de fuego.

La tierra arde,

se quiebra, se agrieta

y el hambre desborda.

Como un río desbocado

inunda las bocas desiertas,

hinca sus dientes,

sus filosos colmillos

para devorar, impávida,

hasta los huesos.

                       María Graciela Kebani


martes, 25 de enero de 2022

El pasillo

 


   Finalmente encontré la llave. Cuando conseguí abrir la puerta, pude divisar un pasillo, estrecho y neblinoso. Al final, empezaba a crecer la noche.

                                                                              María Graciela Kebani


Memoria

 



En medio de la oscuridad de la noche, alguien hurgaba en los cajones de mi memoria.

Sorpresivamente desperté, envuelta en la bruma de los sueños.

Mi mirada recorrió adormecida todos los rincones donde anidaban las sombras. El silencio las  multiplicaba.

Tarde advertí que me habían vaciado de recuerdos.


                                                                    María Gaciela Kebani


jueves, 13 de enero de 2022

Y ahora estaba allí

 




Cuando finalmente llegó, se dio cuenta de que la puerta no se abriría.

Había caminado horas y horas, había perdido el rumbo, había reencontrado el camino  una y otra vez.

Había atravesado puentes, había recorrido enmarañadas autopistas que no conducían a ningún sitio. 

 Un frío punzante clavaba sus púas y le cortaba el aliento.

Y ahora estaba allí, frente a esa puerta, cerrada, con sus recuerdos congelados, como ese viento que azotaba las ramas del árbol de la memoria.

Sin embargo, a pesar de todo, a pesar del frío y del viento, pulsó el timbre y se dispuso a esperar.


                                                                                     María Graciela Kebani