domingo, 5 de diciembre de 2021

Las farolas seguían parpadeando

 



  Me desperté sobresaltado, perseguido por una horrenda pesadilla. Sin embargo, con los ojos abiertos la pesadilla continuaba. Estaba corriendo por el andén para subir a un tren que siempre se alejaba. Y no llegaba. No conseguía salir de la estación. Los trenes pasaban y no se detenían. Y la gente se iba amontonando en el andén. Mientras, la noche se dedicaba a desempacar sus maletas repletas de sombras. Poco a poco se encendían las farolas.

   De pronto, el ensordecedor campanilleo que presagiaba el arribo de otro tren. 

   Volví a despertar obnubilada por los faros de la locomotora. Ahora sí podría subir. Ahora sí. Pero el aullido feroz de la sirena volvió a despertarme. Y otra vez no logré ascender a ningún vagón.

    Y me quedé allí, mientras las farolas seguían parpadeando.

                                                                              María Graciela Kebani




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