viernes, 5 de junio de 2020

OTOÑO




OTOÑO

    Un otoño desvaído, suspendido de los árboles. Desde la ventana podía contemplar la plaza desierta. Sin niños y casi sin pájaros.
    Una atmósfera de irrealidad flotaba en el ambiente.
    Una quietud sobrecogedora.
    Mientras, un sol deslucido como un fantasma recorría la tarde transfigurada.
    En algún momento se acercaría la noche y por los senderos solitarios de la plaza las sombras,   entreveradas, se pasearían entre hamacas y toboganes.
    Desde la ventana, podía vislumbrar la vida, inescrutable que, como el otoño, pendía tristemente de los árboles.
                                                                                                          María Graciela Kebani

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