viernes, 23 de septiembre de 2022

En el pozo de la noche

 


 

      Me caí en el pozo de la noche y, de inmediato, empecé a cavar para encontrar algún rastro de la luna y las estrellas. Sin embargo, mis ojos se cubrían de polvo y de sombras y mis manos, por más que que cavaran y cavaran, acumulaban oscuridad.

     ¿Dónde había quedado enterrada la luz? En ese antro de tinieblas solo podía anidar la muerte. 

       Pese a todo, abrumado, seguí removiendo la tierra para desenterrar algún mínimo destello que alumbrara ese foso inacabable.


                                                                                                María Graciela Kebani

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