miércoles, 31 de agosto de 2022

En los rincones más recónditos del Universo.

 



    Un extraño sonido lo sobresaltó en medio de la noche. Se había acostumbrado a los habituales crujidos de la madera, pero esta vez el ruido era diferente. Una especie de grito o de ladrido. ¿O quizás un maullido? No podía identificarlo. Aguzó el oído por si se repetía. Nada. Sin embargo, creyó escuchar nuevamente algo así como un gemido. Sí, sí, estaba seguro. Era el llanto de un bebé. Por un momento se tranquilizó. Un niño lloraba. Solo un niño. No había motivo para asustarse. Pero ese sollozo empezó a aumentar exponencialmente y a invadir la habitación. Crecía y crecía como un tsunami taladrándole los oídos, los ojos, la cabeza.  Todo su cuerpo se sacudía estremecido. El llanto que resonaba cada vez más desaforado acabó retumbando en los rincones más recónditos del Universo. 

                                                                                       María Graciela Kebani

martes, 9 de agosto de 2022

Mi historia

 



Nadie creyó mi historia. Tampoco creyeron que fuera un fantasma.

                                                                            María Graciela Kebani

lunes, 1 de agosto de 2022

El próximo tren

 


    Agobiada llegué a la estación cuando el tren ya se alejaba. Una angustia indescriptible me arrebató las palabras.

    Sentí que la vida, mi vida se iba en ese tren que se distanciaba cada vez más entre pitidos y traqueteos exasperantes.

    El resplandor del sol se clavó en mis ojos. Recién entonces advertí que el cielo estaba más azul que nunca.

     Y me quedé allí, en ese andén que pronto empezaría a colamarse de gente, sola, esperando el próximo tren que me devolviera la vida.  

                                                                              María Graciela Kebani