sábado, 20 de mayo de 2017

La mariposa en el muro

La mariposa en el muro

         Un sol de otoño parecía replegarse detrás de los árboles que el viento iba deshojando, indiferente. Las hojas caían y se encendían con la luz dorada que se desvanecía  en el aire. Caían. Las hojas caían como caen las lágrimas, desde lejos, desde los ojos, desde las torres, desde las nubes, desde las campanas que tañían somnolientas. Crujían bajo los pasos inciertos de los que pasaban. Se iban alejando con la tarde.

       La madre se aproxima con dulzura al muro, agrietado, enmohecido, recoge suavemente entre sus dedos, trémula, una mariposa. Sus alas estallan con un colorido deslumbrante. La tarde queda prendida en esas alas, estremecidas, luminosas. La madre con extrema dulzura acerca esa vida temblorosa a su hijo. Los ojos del niño se abren como una rosa para alcanzarla, mientras  aletea, frágil,  entre las manos protectoras que envuelven con ternura esa brizna de vida.

                                                                                              María Graciela Kebani



No hay comentarios:

Publicar un comentario