sábado, 25 de abril de 2020
DESTELLOS
DESTELLOS
Caminó lentamente hacia la playa.
Atardecía. El sol cerraba su abanico de un resplandor anaranjado, enrojecido.
Obnubilado empezó a avanzar sobre el mar.
Sentía cómo el agua acariciaba sus pies, mientras sus huellas quedaban grabadas en la arena.
La luna agigantaba poco a poco su blancura para ascender desde las profundidades del mar hacia los cielos.
Encandilado continuó adentrándose en el mar.
Cuando creyó que podía alcanzarla, tendió los brazos, pero por sus manos resbalaron los destellos plateados de la luna.
María Graciela Kebani
sábado, 18 de abril de 2020
EL DRAGÓN LO ESTABA ESPERANDO
EL DRAGÓN LO ESTABA ESPERANDO
Cuando llegó la hora, se dirigió hasta la puerta. Quiso abrirla, pero no pudo. La llave en la cerradura permanecía inmóvil. Se negaba a girar a derecha o a izquierda.
Por fin, después de varios intentos, la puerta se abrió repentinamente. Ante sus ojos atónitos, los refulgentes ojos de un dragón colosal que aleteaba con una furia desorbitada entre ardientes llamaradas.
No consiguió detener el temblor que le recorrió el cuerpo como un latigazo.
No dudó. El dragón lo estaba esperando.
María Graciela Kebani
jueves, 2 de abril de 2020
EL AGUJERO NEGRO DE LA NOCHE
EL AGUJERO NEGRO DE LA NOCHE
Súbitamente, un grito, estridente, impresionante, perforó el corazón de la noche. Se expandió en medio de la sobrecogedora oscuridad.
Luego, el ominoso silencio .
Entonces, abrió la ventana, intentó gritar, pero no pudo. No fue capaz de emitir ninguna palabra, ningún sonido.
Solo consiguió contemplar el agujero negro de la noche.
María Graciela Kebani
Súbitamente, un grito, estridente, impresionante, perforó el corazón de la noche. Se expandió en medio de la sobrecogedora oscuridad.
Luego, el ominoso silencio .
Entonces, abrió la ventana, intentó gritar, pero no pudo. No fue capaz de emitir ninguna palabra, ningún sonido.
Solo consiguió contemplar el agujero negro de la noche.
María Graciela Kebani
Suscribirse a:
Entradas (Atom)